sábado, 27 de enero de 2007

"Reversible" Capitulo 2

Capitulo 2

"El primer aliento después del último"








-Y esta fue nuestra gran visita por Japón… voy a extrañar el restaurante de la esquina del departamento… -comentó Jack quien conducía la camioneta blanca a Samuel, el otro paramédico.
-¡Y a las chiquillas que conocimos el otro día en el karaoke! Que guapas son algunas japonesitas.
-Si pero hay otras que son… PUAJ! GUACALA! Jajaja
-¿Cómo la gorda llena de espinillas que filtreó contigo la otra vez? Tenía todas las ganas contigo. Pobrecita debiste darle una oportunidad –bromeo Samuel
-ni hablar… primero muerto.
-Hablando de muerto –susurró Samuel -¿no te parece raro todo esto? Este viaje para esperar por un fiambre… y que mandaran también a la doctora Colins. -No se, tal vez este chico era hijo de alguien importante ¿Cómo es que se llamaba? Laww.. Law algo…
-“L Lawliet” y no creo que esa sea la razón, si fuera así, la doctora nos hubiera pedido tratarlo antes.
- A propósito –comentó con una voz más baja -Es la primera vez que la veo y nunca me imaginé que sería “tan” joven. Alguien tan cotizada por los burócratas.
-Tal vez ella sea una pantalla, tu sabes, alguien que se hace pasar por otra persona… después de todo casi nadie la ha visto.
-Quizá, pero no se por qué siento que estamos metidos en algo realmente turbio.





Sarah Colins estaba sentada al lado del cuerpo de L contemplando con atención su reloj de bolsillo de diseño clásico no más grande que la palma de su mano hecho completamente de oro con el grabado del símbolo del infinito en la tapa con atención, estaba detenido dando las 8:20 horas.

-Alfredo, hazme el favor y dime la hora –preguntó al hombre sentado frente a ella.
-Son las 8:48 minutos
-De acuerdo. Jack, detén el vehiculo.

Jack extrañado obedece las indicaciones dadas. El vehiculo para cerca de un parque y los dos hombres abren la ventanilla que separaba la cabina con el resto de la camioneta a encaramadas.

Sarah se levanta -Prepárense caballeros, vamos a llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar. –comunicó la chica tomando completamente desprevenido al equipo de paramédicos.
- Pero Doctora Colins… -Irrumpió Jack -Eso no es posible, el sujeto ya… ya lleva muerto 21 minutos.
-No me interesa su opinión –declaró bruscamente -Uds., preparen el desfibrilador manual –apuntó a Jack y a Samuel –y tú, prepara una dosis de 1 mg de adrenalina ahora –le ordena a Alfredo quien pierde su paciencia.
- ¿Está loca? Le digo que no tiene caso, Ud. Sabe perfectamente como la doctora famosa que es Ud. que un humano no puede ser reanimado pasado los 7 minutos después del infarto. Hace mucho que su cerebro dejó de recibir oxigeno y sangre. Esto no es ético ni lógi… -Sarah se quita los lentes y revela sus siniestros ojos color ámbar que más que humanos parecían los de una fiera apunto de atacar. Alfredo sintió una sensación extraña e incomoda y sus pensamientos cesaron por unos segundos.
-¿Esta Ud. poniendo en duda mi juicio? ¿Mi criterio? Si tienes algo que decirme dígamelo una vez hayamos acabado. Ahora estoy algo apurada, el tiempo nos puede jugar en contra –La chica corta la discusión volviendo su atención al cuerpo.

Los otros paramédicos se acercaron a Alfredo a tranquilizarlo en silencio ¿Qué era esa sensación de alerta que le hizo temblar?

La mujer corta con tijeras la camiseta blanca de Ryuuzaki para despejar su pecho y colocar los parches que conectan al monitor cardiológico el cual solo mostraba que el electro diagrama estaba completamente plano. Para los paramédicos era la señal de que en minutos cometerían la estupidez más grande dentro de sus carreras, era evidente que su estado de muerte es irreversible pero no se atrevían a resistirse a las órdenes de su superior. Prepararon los equipos médicos, dejaron cargando el desfibrilador a voltaje moderado, Alfredo inyecta por el antebrazo izquierdo de Ryuuzaki la adrenalina y buscó en el rostro de Sarah algún signo de aprobación pero ella estaba atenta nuevamente a su reloj de bolsillo. Todos silenciosos observaron como ella levantaba su mano en símbolo de espera.

Chic…

Sarah reaccionó inmediatamente pellizcando la nariz de Ryuuzaki y levantando su barbilla para darle respiración boca a boca al segundo después que su reloj empezara a funcionar más rápido de lo normal, como si el tiempo que perdió estando trabado tratara de ser recuperado.

Una, dos tres veces. Jadeando le da la pasada Samuel para que realizara el RCP Con una fuerza moderada, comprimió su tórax, entrelazando sus dedos encima de éste. 10, 20, 30 veces. Nada, tal y como el grupo paramédico predijo sin proclamar. Sarah aplica nuevamente la respiración boca a boca dos veces más mientras éste hombre continuaba con 30 RCP más y le aplica otra dosis de adrenalina. El monitor todavía tocaba una sola nota y el reloj se escuchaba a lo lejos como corría su manilla.

…Chic-chac-chic-chac-chic-chac…


-¿Qué energías son esas? ¡Hazlo con más fuerzas! –Acusó la joven con indignación mientras ella aplicaba nuevamente una ventilación.
Ya habían pasado 5 minutos. Sarah jadeaba cada vez más fuerte con cada oxigenación que daba y no había cambios. Samuel también mostraba signos de cansancio por las compresiones que realizaba, su sudor le molestaba la vista, Jack le secaba el sudor de la frente con un pañuelo La paciencia de Sarah comenzó a decrecer.
-Alfredo… usa el desfibrilador.
Alfredo tomó los dos aparatos los unió produciendo un sonido eléctrico cargando…3…2…1 despejen! –Todos se corrieron al tiempo y el cuerpo de Ryuuzaki se estremeció con los voltajes que descargaron contra su pecho. Nada.
-Otra vez –mandó Sarah
Una vez más L recibió las mismas descargas
-¡Otra vez!
-¡Basta! Es suficiente, acéptalo, está muerto! – gritó Samuel quien no aguantó más la rabia que le causaba ser ordenado por una niña a sus ojos más toda la situación que encontraba completamente absurda.
-¡No! –Contestó Sarah enfurecida –Aumenta el voltaje a 360 J –Le ordenó a Alfredo y éste accedió pero Jack lo coge del cabello y lo golpea de frente con todas sus fuerzas contra el monitor dejándolo inconciente, sangre empezó a brotar de su cabeza. Los dos acorralaron a Sarah alejándola de Ryuuzaki para tratar de amarrarla con los cinturones de la camilla. Sarah en su desesperación se escurre entre ellos a gatas y rápidamente toma el desfibrilador y le da un shock más a el cuerpo, tal habría sido la descarga que su cuerpo llegó a rebotar en la camilla. Los dos la agarran de los brazos y su reloj cae al suelo mientras trataba de zafarse.

-¡suéltenme! No saben lo que están causando! –acusaba Sarah histéricamente entre forcejeos.
-¡Suficiente tuve de tu locura! Te aseguro que se enteraran en la Casa de Wammy! –Amenazó Jack – ¡Te denunciaran de seguro!
-¡Ni siquiera eres quien dices ser! ¡Impostora! –concluyó Jack en un arrebato de rabia.

Repentinamente el monitor mostró cambio en los signos cardiacos y todos quedaron petrificados. Y L comenzó a toser agresivamente casi en convulsiones en busca de aire. Los paramédicos boquiabiertos no lograban creer ni reaccionaban a lo que sus ojos presenciaban pero Sarah aprovechó la conmoción para zafarse y se apresuró en ponerle a L una mascarilla de oxigeno colgada cerca de la camilla aunque no fue tarea fácil ya que el alarmado joven corría su rostro en señal de desesperación. Con dificultad L abre sus ojos llenos de confusión, trató de sacarse la mascara pero lo detuvo la mano de Sarah que tomó la suya y la apretó con fuerza. Sarah se vuelve exaltada a los otros.

-¡Oigan, espabilen! No se queden ahí parados como tarados y ayúdenme con el suero. Ah, y por dios traten la herida del pobre Alfredo – ordenó una vez más con una mirada asesina que logró hacer reaccionar a los sorprendidos paramédicos que sin palabras en sus bocas acataron a ayudar. Se vuelve a Ryuuzaki y sus ojos se llenaron de lágrimas, permitiéndose sentir el tan urgente alivio que añoraba y pudo relajar la tensión que hace unos minutos atrás reinaba en su corazón. Miró como los ojos de L la observaban débilmente y una gran ternura nació de su interior. Mostrándole solo a él, a ese ser indefenso, su suave pero compasiva sonrisa.

-shhhhh… Tranquilo, todo va a estar bien –le aseguró mientras acariciaba su cabello. Era increíble lo frió que estaba, sus manos, su cara… y como poco a poco su cuerpo temblaba con más intensidad, lo que era una buena señal, la sangre volvía a correr por sus venas, después de todo debería de estar muerto. Todo en él estaba volviendo a funcionar. Sarah suelta su mano para buscar la frazada guardada bajo la camilla y se percata de su reloj tirado en el suelo, lo recoge y ve que ya había retomado su ritmo natural y estaba a la hora; 9:09 minutos. Después de un suspiro realizó que esos fueron los 21 minutos más largos de su vida.


La joven mujer tapa con cuidado a L con la frazada dejando solo su rostro fuera y se sienta a su lado. Sara vuelve a tomar su mano para acariciarla, L la mira tratando de decirle algo pero la fatiga no se lo permite y sin voluntad cerró sus ojos nuevamente, pero ésta vez a causa de un profundo sueño.
-Bienvenido al mundo L Lawliet.

1 comentario:

Anónimo dijo...

*O*!!!!!!!!!!!!
XD yo keria hacer algo de ese tipo *O* Eruu TuT

fui feliz leyendo tu fic,... fui feliz ^O^ te dejo mi mail, por favor agregame

hikarukusanagi@hotmail.com